sábado, 23 de julio de 2011

Ana Claudia Díaz

El lomo del caracol que te camina en los pies, desde acá parece una flor.

La tierra se levanta entre surco y surco

voy hasta vos, dejando mil huellas en el camino repleto de piñas, al costado

resplandor del vértigo que me produce saberme cada vez más cerca.



La montaña se inclina hacia abajo

si miras para arriba, hay un degradé de colores que está poblándolo todo justo ahora

y yo yendo hacia el precipicio con diez antorchas en las manos que no me dejan palpar

ni agarrarme de las ramas en caso de que me suceda eso de caer.



El otro día vi nevar en el mar.

Vi la nieve, como en el cine

como si fueran cantos rodados en pendiente o como si la lluvia trajera desde el cielo

quinientas ostras blancas que se resbalan hasta acá.



En verano, el pasto está trazado en hileras de arañas aladas

y ciempiés psicodélicos que desfilan para las acacias.


Todo eso de lejos, solo parece pedacitos de arcilla de colores

o los espejitos que traen esas carteras hippies que usan las niñas para ir a la playa.



Pero ahora, la nubosidad que me habita solo me deja ver la sequía natural

como señal de cercanía a un pantano. Plumerillos rojos en medio del andar.



Casi que llego. Pintaron todo el mundo con acuarelas azules, una gran esfera blue.

Ya no puedo divisar entonces el agua del cemento o las baldosas de las hojas

me mareo en la humedad que deja charcos por todos lados

como si fueran esos arcos en las entradas de los pueblos,

que están ahí, firmes, para que podamos divisar un abismo.



Te encuentro, cuando miro por el foco amarillo de mi calidoscopio.

En ese redondel, ahí estás subido a un barquito hecho de diario para flotar

compraste un montón de trompos para generar olas en el suelo que se vuelve un espiral.

En tus manos, globos con forma de pez me simulan el paraíso que construiste, y voy.

Detrás de las ventanas de los iglúes hay miradas que nos observan

como el hocico que descubro de esa vaca que se escondió.

En la intimidad se despinta un pedacito de metal de una piedra, el sol refleja ahí y nace luz.









4 comentarios:

Clara O. dijo...

re lindo, clau!! hay un montón de comparaciones hermosas comola del caracol flor o la de los ojos hocicos de vaca jeje
besotes y otro para romi :)

ALA_STRANGE dijo...

siempre tan profesional

:)

ana claudia díaz dijo...

gracias lau!!!
que lindo que te guste :)

beso grande!

ana claudia díaz dijo...

gracias ala!!